jueves, 19 de marzo de 2015

Capítulo 22, segunda parte: Alejados.

La reunión pasó como un borrón. Ania, sentada en la otra punta de la sala no emitió ni una palabra. Sólo hablo y asintió en los momentos apropiados.
En cambio yo tuve que concentrar toda mi atención en lo qué se decía. El cambio que se planteaba en la revista no solo iba a ser estructural, también sería conceptual.
Se enfocarían otros públicos.
-          Necesitamos a alguien que se adapte a cualquier tipo de producto cultural, periodistas jóvenes, lamentablemente mentes antiguas no funcionarán en este concepto -  digo y todos asienten – Propongo que se hagan dos ediciones mensuales, la tradicional que conservará a nuestro público, y la nueva que buscará captar la atención de los hijos de los primeros.
-          Eso es una buena idea, pero económicamente, es un tanto inviable… se requeriría de buen marketing y recuerda el papel de internet – Mike está hablando.
-          Eso es fundamental -  le digo- la segunda revista, será solo online para el público general, y física sólo para subscriptores.
-          Puede funcionar… - dice un hombre que creo, pertenece al departamento creativo.
-          ¿y qué contenidos piensas utilizar?- este es Mike de vuelta.
-          Para empezar, todo lo que atraiga a la franja de entre 14 y 25 años, tv, cine, literatura, música, no quiero ser una segunda seventeen, quiero originalidad, que se planteen los mismos temas pero desde puntos de vista diferentes, encuadres innovadores.
Todos asienten, técnicamente mi idea es una gran idea, pero bastante difícil de llevar a cabo y bastante cara. Pero no por algo poseo tanto dinero, mis ideas y las de mi padre siempre fueron geniales.
Doy por terminada la reunión. Ania es una de las primeras en irse.





Me estoy volviendo loco. Al otro día de la reunión le pedí a July que le mandara a Ania un latte, y ella me dijo que no se había presentado este día.
Ya han pasado dos semanas de ese día.
Por lo que pude averiguar, Ania pidió una semana de vacaciones que tenía atrasada y después de eso, se reporto telefónicamente porque tenía que viajar al Comic On de San Diego, para hacer algunas entrevistas.
Ha sido una puta tortura no saber nada de ella. La primer semana fue la más difícil, pues no sé dónde carajos se metió (en su casa no estaba) y nadie sabía nada de ella.
Hable con Mike, el me juró por Shona que no sabía dónde estaba Ania. Me contó que solía hacer eso con sus vacaciones, desaparecía una o dos semanas al año. Solía hacer excursiones por el continente o viajar a ver a su familia.
Cuando menciono a su familia me sentí culpable. Claro, quizás necesitaba ver a su familia en el otro lado del mundo idiota!
Mike también me explico que habían arreglado que ella se dedicara a cubrir el ComicOn por todos los contactos famosos que tenía entre escritores, directores y actores. Mi sangre hirvió cuando me comento que ella era muy amiga de esos pseudogalanes que han aparecido últimamente.
Hacía dos semanas que me mantenía pegado al celular y pendiente de alguna actualización en el Facebook de Ania, pero no había ninguna novedad.
En cuanto a lo profesional, todos los días de la segunda semana llegaba un mail con el resumen de la jornada del ComicOn y adjuntos de las notas y entrevistas que había hecho. Todo muy profesional, prolijo y correcto.
La mujer escribía como pocas. Y eso era una de las cosas que más me atraía. En vez de escribir un resumen del ComicOn y mandarlo al final de la semana, ella elaboro una crónica que fue nota principal en la edición online de la revista. Calculo que también incluiríamos un poco de esta en la edición tradicional.
El trabajo iba viento en popa. De eso no me podía quejar, volver a lo cotidiano tenía sus ventajas, a pesar del mal humor causado por la ausencia de cierta periodista.
Descubrí que July tenía un profundo enamoramiento con Mike, cuando la famosa Tifanny llego de sus vacaciones y dio todo un espectáculo para todas las oficinas cercanas a las de Mike.
Por el ruido que salía de allí éramos varios los que habíamos abandonado nuestras oficinas y labores para comprobar que no estábamos en la redacción de Playboy.
Como jefe mande a todos a trabajar de nuevo, pero no pude evitar ver el rostro de July cuando le dije que hiciera sonar el teléfono de la oficina de Mike.
-          Pero… Señor Collins, el Señor Stevenson me pidió expresamente no ser molestado. – me miraba con cara de haber perdido todas las esperanzas, con la cara que probablemente tenía yo ahora – No creo que demore mucho más…
Auch, Mike! Eso dolería si estuvieses aquí, pero te lo mereces amigo.
Después de evaluar la situación le dije a July:
-          July, no tienes que soportar esto. Y además, yo no le pago a mis empleadas para que mantengan entretenido a mi amigo.
Sin más palabras abrí la puerta del despacho de Mike, y sin ninguna delicadeza dije:
-          Disculpen si interrumpo, pero me gustaría intercambiar unas palabras con ustedes dos.- la mujer que Mike tenía encima de su regazo me miró con cara de sorpresa, luego de ira, y después de desconcierto – De inmediato.
Salí de la oficina y vi que July me miraba con la mandíbula más abierta de lo medicamente saludable. Le guiñe un ojo y se ruborizo.
Me sentí todo un Robin Hood en ese momento. Pensaba que había hecho algún bien para el autoestima de July, me agradaba ella.
Como hace unas semanas defendió a Ania de Natasha, como no demostraba demás cuando se vestía y como me sonreía de forma pícara cuando le preguntaba algo de Ania.
Al parecer Ania solo tiene unos cuantos amigos reales en Londres, Amelia, a quién conocí en la cena. Diego, una anciana, Mike y July, quién me contó algunos detalles que ayudaron a sobrevivir las eternas dos semanas que pasaron.
El primer martes me enteré que Ania amaba el color azul, pero también amaba el negro y siempre tenía problemas para elegir cual usar.
Al día siguiente supe que Ania apestaba en cualquier cosa que se refiriera a la música, ya sea con instrumentos o cantando (eso ya lo sabía), pero a pesar de esto sabía mucho de música.
Lo poco que sabía July sobre la familia de Ania era que era completamente disfuncional. Ella no se hablaba con su padre, amaba a su madre, tenía una hermana y un hermano.
Con respecto a ellos no me dijo nada muy especifico, ni siquiera sus nombres, lo que sí me dijo es que ella sentía especial afecto por uno de sus primos. Eso lo averigüe el jueves.
 El sábado pude sacarle a July  que Ania nunca había salido con alguien desde que July la conocía, y probablemente, pensé para mí mismo, nadie desde Andy.
Eso apenas me permitió dormir el primer fin de semana.
El resto de la otra semana, cuando el único contacto con Ania eran los e- mails me entere de otras cosas.
Odiaba el machismo y a los hombres misóginos, sentía desprecio por los racistas y aborrecía a los homofóbicos.
Nunca hablaba de ella, siempre preguntaba o escuchaba sobre los demás. Le encantaba cocinar, y lo hacía muy bien.
Todavía leía novelas para adolescentes y veía series de ciencia ficción. Averigüe cuales eran.
Y así llego el día de hoy, lunes. Hacía exactamente dos semanas de la última vez que la vi. Y también de la primera vez que la bese.
Hoy prendí la computadora y realice una búsqueda intensiva de los posibles autores que le podrían gustar para dedicarle una canción. Si, lo sé… muy de adolescente.
Mientras realizaba la búsqueda en Youtube mi cabeza tuvo una idea. Esperaba no excederme, pero decidí que Ania valía la pena.
Ya tenía la canción perfecta para ella. Tenía la certeza de que le iba a gustar, pués la escuche cantando una canción de este artista cuando la visite aquella mañana de sábado.
Sabía a ciencia cierta que una canción no era ni el comienzo para conquistarla, asique me esforcé. Ese día no trabaje ni un poco. Pero deje todo listo para el regreso de Ania. Eso era mañana.
Estaba muy ansioso y Dios… la iría a encontrar ni bien bajara de ese puto avión para comenzar con mi plan.


Capítulo 22, primera parte: Lo bueno nunca dura


De pronto Ania salta de su lugar en mi pecho y abre los ojos con alarma, me dice:
   -¿Qué hora es, Jared?
Me fijo en mi reloj
-          Son las 19:00. ¿Qué pasa?- pregunto divertido por su expresión de preocupación.
Pero la preocupación pasa a ser mía cuando ella toma su bolso y su abrigo y apunta a la puerta
-          Oye! ¿adónde vas?
-          Tenemos una reunión en 10 minutos, Jared -  la veo rebuscar en su bolso, saca su móvil y me mira reclamando -  15 llamadas perdidas, Mike, July, la oficina, todo el mundo. Por dios!! ¿Por qué no me desperté?- ahora se reclama a sí misma. Ya está enfrente de mi puerta y al ver que esta no se abre me busca con la mirada.
-          Tranquila, déjame llamar a Mike, yo arreglo todo.
-          No. -  me mira con pánico en sus ojos- No, no lo hagas por favor.
-          ¿Por qué no lo haría?
-          Porque esto es de lo que te hablaba. No quiero tener permiso para llegar tarde o faltar a reuniones, porque estaba con el jefe. O que tu me salves con una llamada.
-          No te estoy salvando a ti sola- le digo pacientemente, la entiendo, pero me molesta que no tome mi ayuda – Yo también tenía esa reunión, y voy a cambiar el horario a mi conveniencia. Yo soy el jefe, tienes razón, y haré lo que me venga bien a mi.
Me mira. Me evalúa. No sé porqué, pero presiento que no me espera comprensión de su parte.
-          Será la única vez, Jared. Además, a pesar de todo no sé si esto- lo dice señalándonos con una mano- es una buena idea.
-          Te prometo que será la única vez. Y ¿por qué crees que es una mala idea, Ania?
-          Porque, aunque me gustas, Jared… quizás más de lo ideal…- baja la cabeza, y veo un sonrojo en sus mejillas- ambos hemos pasado por mucho. No hemos vivido plenamente por propia elección y no creo que esa elección tenga que ser tomada en consideración a otra persona – me vuelve a mirar- Deberíamos actuar por nuestro propio bien.
Si está mujer se propusiera destruirme, un suspiro de ella bastaría. Sus palabras calan hondo en mí. Tiene razón, por supuesto, ella siempre tiene razón, ambos hemos sido golpeados por la vida, y dejamos de vivir plenamente, y no deberíamos “revivir” por otra persona, pero lo que ella no sabe es que ella me trajo de vuelta, que ella…
-          Tú eres mi propio bien, Ania.- le digo
-          Debería irme.
-          Deberías escucharme – le digo con una media sonrisa. – eso que paso allí – señalo el lugar cerca del sofá donde nos besamos- eso es nuestro propio bien. No puedes jugar así conmigo, primero te apareces toda hermosa dejándome como un bobo y ahora me dices que no…- Le expreso mi frustración, la miro está frunciendo el ceño- Lo siento. Lo que sucede, Ania, es que enfrente tuyo me dejo llevar, soy de repente todo impulso y eso no me había pasado jamás, nisiquera antes de que… ya sabes.
Ella solo me mira, angustiada.
-          Yo he estado ahí antes, ¿recuerdas, Jared?- me dice con una mueca de tristeza en la cara – y es muy… triste, cuando acaba.
-          ¿Por qué debería de acabar?- le pregunto casi derrotado, pero no vencido. No, yo voy a pelear hasta que entienda que ambos nos merecemos esto.
-          Porque lo bueno nunca dura. Asique, Jared, por favor vamos a la reunión, trabajemos y seamos amigos en la oficina. O no, como tú quieras. Pero evita llamarme, o buscarme para algo más. -  se da vuelta de frente a la puerta- por favor, déjame salir.
Esto no lo esperaba ¿amigos en la oficina? ¿Qué demo…? Ella podrá pedir algo, pero esto es probablemente lo único que no le daré. De todas maneras, no tiene por que saberlo.
-          Deja, yo te llevo. Llegaremos más rápido.


DISCULPENNNNNN !!!! Sé que no he actualizado, pero el estudio y los inminentes finales me reclaman.
Espero que les guste este nuevo capítulo, y sé que es corto, pero estén atentos que en breve subo el siguiente.
Gracias a los que leen. Un beso !























Jared y Ania

Jared y Ania