viernes, 3 de abril de 2015

Capítulo 28: Esto es guerra.

Esto es guerra.
Después de lo que dijo Ania, mande a cancelar todo lo que restaba en la lista de ridiculeces que había ideado.
No podía hacerle daño a Ania, prefería conformarme con ella intentando ser amable conmigo a perderla.
Ese puto día era uno de los más negros. Comprendía lo que decía Ania, en serio entendía a que se refería. Y realmente me hubiese podido estar abrazándola mientras me contaba, pasando mi mano por su espalda, infundiéndole fuerzas mediante toques en sus labios. Pero en cambio, la distancia se imponía.
Me pude dar cuenta después de un buen rato meditando acerca de la situación en la que estuvimos recién, y de las anteriores, que si bien el deseo es altamente palpable, Ania no se movía por lo físico.
Fue entonces dónde resurgió lo último que quedaba enterrado en lo profundo de mi… ¿inconsciente? ¿Alma? No sabría cómo llamarlo.
Ania había hecho revivir mucho del antiguo Jared. Mike y Shona había hecho otra parte. En algún momento algo nuevo surgió. Y la revista me infundió de voluntad para progresar y evolucionar como periodista.
Pero nada, ni nadie, hasta Ania claro, habían podido despertar a lo que llevaba dormido más tiempo que yo mismo.
Hacían unos cinco años que había dejado de escribir. “El bloqueo del escritor” había dicho mi profesor de escritura creativa.
Me había recomendado “vivir la vida”, “experimentar cosas nuevas”, “Enamórate y que te rompan el corazón para luego pisar los restos” me dijo la última vez que intente escribir algo y no pude.
Bueno, parece que al final el consejo más trillado del mundo, era efectivo. Hizo falta que me enamorara de Ania, y verla sufrir para que mi corazón explotara. Y por supuesto, al intentar enamorar a Ania, la hice sufrir yo, y esa fue la parte de “pisar los restos”.
 Empecé a escribir como un maniaco.
Escribí. Escribí y escribí.
Y de la nada una voz me despertó
-          Amigo, ¿Qué diablos paso aquí?- decía Mike con cara de asombro.
Debo admitir que me asombre yo también al descubrir que había escrito toda la puta noche y que la oficina estaba tapizada de papeles.
No había orden aparente.
Pero todo el piso, el escritorio, el sofá y los estantes estaban cubiertos.
¿Yo hice eso? Bueno, se puede decir que necesitaba un desahogo.



-          Jared, está basura es como oro editorial. Esta mierda de verdad es buena. ¿cómo diablos…?- él seguía hablando cuando de repente paro y avanzo hacia mi – Ania. Es por ella ¿no?
-          Me dijo que estaba enamorada de mi – comente.
-          Eso es genial, amigo – contesto Mike con felicidad genuina en su mirada
-          Y me dijo que enamorarse de mí le hacía sentir como la mierda, que… se sentía como una perra cada vez que recibía algo de mi parte porque eso la hacía enamorarse y sentía…
-          Culpa.- termino Mike por mí.
-          ¿Qué? – pregunte con sospecha
-          Jared, ella se siente culpable de todo, todo el tiempo. De respirar el aire que su novio fallecido no puede, de comer la comida que él nunca probara, de ver las cosas que él nunca verá, de vivir la vida que ambos querían vivir, pero ella sola.- Me informo Mike- ahora, cómo crees que se sienta agregar a esa bola de culpa, el caer enamorada de un tipo. No importa quién.
-          ¿Cómo sabes eso? – pregunte extrañado ante la cantidad de información que tenía de Ania, quien era una persona demasiado reservada para divulgar esa clase de sentimientos a… a nadie.
-          Porque, amigo, el alcohol hace maravillas terapéuticas – me explico - Y hace dos años, para el aniversario de la muerte del novio de Ania, la tuve que ir a buscar a un bar porque estaba tan ebria que tomaron su celular y marcaron al primer idiota que encontraron en el directorio. El cuál resulte ser yo, y al cual Ania termino contándole sus miserias.
Ah…por eso… pensé.
La situación se hacía más clara pero cada vez menos optimista. Yo puse una especie de navegador automático, y continúe con los asuntos de la revista por el día.
Pensé en ella y no podía dejar de pensar en lo que sufría a causa de su “culpa”.
Telefoneé a Shona, y le conté que no estaba en una buena posición con Ania, sin mencionar el maldito tema de la culpa.
Ella me dijo que las cosas caerían por su propio peso, y que si ella estaba algo enamorada de mí, por más que su orgullo y fuerza de voluntad estuviesen uniendo fuerzas, el corazón siempre prevalecía.
No me dio ninguna razón. Pero fue suficiente para mí.

La semana paso y tenía que conocer al nuevo encargado de la edición electrónica de la revista.
No quería hacer este tipo de reuniones, realmente no estaba de humor. Y mi humor no mejoro nada cuando un muy sonriente Lucás entró por mi puerta, acompañado, por supuesto con una Ania de ojos brillantes.
Bueno, yo no era alguien especialmente violento. Pero me sentía bastante incentivado por la desfachatez, para, por lo menos, sacarle la sonrisa de dientes blancos y parejos  a ese niñato de no más de 22 años de su cara.
Esto es guerra.



Hola, ¿cómo van? les traigo un regalo de pascuas (? 
No, en serio, nuevo mini capítulo. Sé que no es largo. Pero es lo que salió hace un par de noches, y decidí, que podría regalarles algo de lo que he estado escribiendo. 
Novedades:
#Ania está siendo odiada por todas las lectoras,bueno, KEEP CALM AND UNDERSTAND THE POOR GIRL !!! Les adelanto (no es spoiler) Ania tiene una historia mucho más heavy de lo que hemos leído hasta ahora. Muy pronto se sabrá a que se debe su problema a afrontar algo con Jared. No creían que se trataba sólo de Andy? Jeje soy mala.
#Jared Estará adoptando algo en los próximos capítulos. Arriesguen qué les parece que pueda ser :)
#Mike Sigue follando con Tiffany por todos lados.
#July Pronto veremos más de ella
#Lucás Todavía no decido qué hacer con él, pero se merece algo genial. Su vida ha sido casi tan mala como la de Ania, asique se merece un final feliz. Acepto sugerencias
Como siempre.... Comentarios, sugerencias, críticas... 
Y, mil veces más, GRACIAS!!!

Capítulo 27: Me rindo.

Me rindo
-          Me rindo – me dice Ania de una manera derrotada. Su gesto cambio de tempestad a llovizna de invierno.
-          ¿Qué? – pregunto sin entender del todo.
-          Estas… de alguna manera muy retorcida, intentando llamar mi atención, tengo cerca de 576 camelias en diferentes grados de descomposición en mi oficina, Lucás tiene que comerse los dulces que mandas, y cada vez que decides mandar un nuevo “mensaje” mi sueño termina a las 4 am, por los taladros.
-          Oh…- no había pensado en ese detalle.
-          Ah! Y me olvidaba de que no puedo dejar de cantar I Know en mi cabeza.
-          Lucás se come tus dulces eh…- auch… eso dolió justo en el orgullo.
-          Si, no puedo comer dulces todos los días.- me lo dice como si la parte en la que otro hombre se come los dulces que yo le envió no fuera la gran cosa.
-          ¿Lucás está viviendo en tu casa?- necesito saberlo…
-          No te interesa eso. ¿Querías decirme algo, Jared? Es tu oportunidad, estoy cansada de que me persigas con tus detalles, de ignorarte y he considerado demandarte por acoso. Asique, habla.- lo dice con… impotencia en su voz.
-          Te quiero. Estoy… profunda, tremenda, inevitable, incuestionablemente enamorado de ti. Que me ignores es… como cortarte con mil papeles a la vez, siento que me falta algo si no te veo. Odio los fines de semana, Ania, y es porque no te veo.
Quiero saber qué haces, qué piensas, pero eres… indescifrable. Y me pongo malditamente celoso cuando te veo cerca de algún hombre o algún estúpido habla sobre ti, y tu lindo trasero.
Odio no saber porque a Lucás le das ese espacio que yo tanto deseo.
Odio no ser suficiente para ti.
Por favor dime, que quieres que cambie, que te molesta de mí, una vez mi Granny me hizo prometer que nunca cambiaría por alguien. Estoy dispuesto a romper la promesa que le hice a una de las personas más importantes de mi vida… por ti, Ania.
Sólo dime. Lo tendrás. Pondría el mundo a tus pies si me lo pidieras… sabes que puedo.
-          Jared, no quiero eso – me contesta con voz estrangulada
-          Lo sé…- le digo- y por eso te amo tanto, Ania.

Y ahí está. Se lo dije. Sólo espero que no huya una vez más. Pero… todas las cartas están sobre la mesa. Depende de Ania.
Ania está llorando.
Reprimo el impulso de volar a abrazarla, y me levanto lentamente. Rodeo el escritorio y me pongo de cuclillas ante la silla de Ania, tal y como lo hice hace unas cuantas semanas.
Tomo una de las manos con las que se tapa la cara.
La miro fijamente hasta que ella me dedica una mirada.
Sigue hipando por unos momentos, y sus ojos se ven más claros a causa del llanto. Una vez recuperada tira de mi mano y me indica que me siente en la silla a su lado.
No suelta mi mano cuando  empieza a hablar.
-          Cada puta camelia que me enviaste, cada vez que ignoraste mis insultos, cada vez que piensas que Lucás está conmigo, cada desayuno que me llego… hicieron que me enamorara un poco más de ti, lo cual era bastante difícil ya que estaba metida hasta la médula por ti. Sin embargo, después de que trate horrible, de que te amenace y otras cosas, tu insististe. Y eso me enamoro más.
-          Ania…entonces- la corto
-          Espera, Jared.-  me interrumpe, no entiendo a esta mujer- cada cosa que haces que me enamora más, me recuerda al mismo tiempo, todo lo que hacía Andy. Sé que el ya no está aquí. Pero no puedo reconciliar esa idea con el hecho de que yo si estoy aquí, disfrutando de todo lo que le correspondía a él, enamorándome de otra persona- por un momento creo que va a llorar, pero después de respirar profundamente, vuelve a hablar.
Cada vez que te miro, siento que traiciono a Andy. Agradezco inmensamente tú… amor…- no lo dice con seguridad- pero dime, ¿cómo hago?
No me gustaría que cambies nada. Por más perra que me sienta al admitir esto, también estoy enamorada de ti, y no por todos los detalles empalagosamente románticos que has tenido conmigo desde que nos conocimos- se ríe un poco- y de los cuales has abuzado en la última semana…- lo dice con un toque de ironía.
Jared, no es que no te corresponda en sentimiento, el problema es que mi conciencia no me deja estar contigo. Andy está presente en mi corazón, lo amo y tengo una inmensa gratitud hacía el.
Y no sería justo para ti recibir las sobras de Andy… los escombros que dejo de mi…- una lágrima solitaria cae por el borde de su ojo…
En este momento odio a Andy, por haberla destruido, y por haberla amado de la manera en que la amo. Porque quizás, si la hubiese amado menos, ella soportaría iniciar algo conmigo… pero mi mezquindad se mezcla con gratitud al saber que quizás… si Andy supo cómo, tal vez la amo la mitad de lo que yo.
Ania se paro y me miro desde cerca de la puerta.
-          Voy a hacer lo posible por no ser maleducada contigo, entiende por favor que toda mi vida esa ha sido la forma de dejar afuera a la gente.
Pero, por favor, deja de enviar cosas. No más detalles por favor – toma aire y mira hacia abajo- Me enamora y me duelen casi en partes iguales.

Jared y Ania

Jared y Ania