miércoles, 15 de abril de 2015

Capítulo 35: El mejor despertar (1)

Ania POV.
¿Qué demonios….?
Oh mi Dios. Asique, estoy con resaca, en un lugar que no es mi casa.
Un momento, es una cama, y es cómoda. Mi mano, no la siento…
Oh… Mi… Puta… Ma…
Jared, durmiendo… de mi mano.
WTF, ANIA!?
Bien, mi subconsciente siempre tan amable cuando tenía resaca. Para ser justos, me lo merecía. Pero, ¡Qué demonios! Jared, ese apuesto tipo que es mi jefe, estaba durmiendo en el suelo, y me sostenía la mano desde allí abajo.
No puedo negar que me enternece, pero…. ¿Cómo llegue aquí?
Miau…
Oh… así. Stephanie salta a la cama, y me dice “buenos días” restregándose sobre mi tronco.
Tónica, si… Gin Tónics… Muchos.
Que mala pinta tiene esto, no recuerdo qué paso después de… si! Hable sobre el idiota.
Diablos! ¿Realmente hable sobre él?
Esto no estaba bien. Decidí no hacer la caminata de la vergüenza enfrente de Jared, por lo que iba a tomar a Stephanie y lárgame de aquí.
Aunque, se iba a dificultar desde que mi mano estaba siendo apresada por la de Jared. Intente deshacer su agarre, pero el ¿gruño? Y tiro más de mi mano hacia su pecho, que debo mencionar estaba bastante abajo, en el suelo.
Tengo que admitir que ya no sabía cuánto tiempo iba a aguantar de esta manera. Todos, absolutamente todos me decían que debía darle una oportunidad a Jared, una oportunidad a mí, para volver a vivir. Pero ¿cómo hacerlo cuando Jared se parecía tanto en algunas actitudes al maldito?
-          ¿Me estas engañando, Ania? Sabía que no podía confiar en vos
-          No!! No entendes Tomy, el es…
-          No te justifiques, puta!
Todo se volvía borroso, Tomas atacando a Fran, yo no podía articular palabras, Fran no podía defenderse….
Stephanie me sacó de mi mundo de recuerdos horribles. Tire de mi mano una vez más y Jared volvió a llevar mi mano cerca de su pecho, murmuro algo inteligible y apretó más su agarre.
-          ¿Qué dices, guapo?- pregunte, no importaba decirle guapo si no me oía. Estaba bastante condicionada en cuanto a palabras con el despierto y cerca mío todo el tiempo. Pero a mí misma no me podía engañar, me gustaba  este idiota.
-          Quiero tenerte, y… tu… ayudarte a sanar….quiero…- su voz era ronca por el sueño. Pero entendí claramente las dos frases que dijo.
Mi pecho se sentía como si hubiese sido aplastado por una tonelada de sentimientos que habían desbordado la presa que tan minuciosamente había construido.
Mi estomago, bueno… calculo que los gin tonics  contribuyeron en algo, pero era como una cama elástica donde tres gigantes jugaban a ver quién saltaba más alto.
Sentí ganas de llorar, y mi boca se seco. Sólo sentía esa tristeza… ese gusto metálico en mi boca, sabía que no era sangre, o culpa. Era angustia.
Si me animaba a esto… Jared podía no ser como el idiota, pero era un hombre corriente detrás de su hermosura, y cualquier hombre puede morir de la noche a la mañana. Eso, yo no lo soportaría.
Tire de mi mano, pero no tuve en cuenta que del otro lado Jared volvería a tirar, y como estaba en el borde de la cama… Bueno, caí estrepitosa y poco elegantemente sobre un dormido Jared.


-          Qué!? Qué!? – Jared se despertó bruscamente, pero se cayó por completo cuando se dio cuenta de que había caído como un manatí muerto sobre el – Bueno… Buenos días? – me saludo el levantando las cejas.
-          Lo siento – piensa, piensa, piensa, tarada!! – debí haber rodado – bien…crisis evitada.
Me di vuelta hasta caer en el suelo a un lado de Jared, y atine a levantarme cuando el tomo mi muñeca antes de que pudiera siquiera sentarme.
-          ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? – pregunto, realmente parecía preocupado. Por supuesto, podrías demandarlo… por… romperte una uña, y probablemente sacarías mucho dinero.
-          Estoy bien gracias. Eh… ¿tu baño?
-          Es esa puerta- me señalo tranquilo desde ¿era eso un saco para dormir? ¿había dormido en el suelo, apropósito? – ¿Te apetece un café negro?- pregunto mirándome tímidamente.
-          Linda forma de decir que tengo cara de zombie – bromee, mientras me dirigía al baño.
-          Te diría que te ves hermosa cuando despiertas, pero…- me di vuelta y lo mire cuando hizo una pausa - … bueno, posiblemente no me creerías y me insultarías – dijo, su expresión era la de un niño regañado.
-          Probablemente tienes razón…- dije abriendo la puerta del baño, y me di vuelta- pero no puedes culparme, ¿no? – dije con una sonrisa falsa señalando hacía mi cara y mi cabellos, los cuales apostaría, estaban hechos un desastre.

La verdad es que me dolió saber que Jared sabía que reaccionaria tal cual me dijo. Mi escudo exterior se estaba infiltrando dentro de mí tan progresivamente, que era difícil de notar cuando actuabas como perra de forma intencional, a cuando lo eras naturalmente.


Canción para escuchar mientras lees el capítulo, White Demons Love Song- The Killers

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Jared y Ania

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